martes, 24 de mayo de 2016

4. LA ADAPTACIÓN

-Significación plena y no mera inteligibilidad


En este apartado, debemos plantearnos un par de dudas necesarias: ¿La traducción debe ser simplemente “inteligible” o expresarse con “plenitud de sentido”? Tras leer el texto un par de veces, ¿debe el receptor hacerse una ligera idea de lo que el texto quiere decir o percibir una idea del mismo con claridad?
Muchos traductores caen en el error de pensar que “el lector no es ignorante” y que será capaz de entender. Sin embargo, el traductor debe recordar que la comprensión de una obra no depende solamente del grado de inteligencia del lector, sino de los principios que rigen la comunicación.
En conclusión, el traductor no traduce para sí mismo, sino para los demás. No hay que suponer que el lector posee una extraordinaria inteligencia que le permitirá comprender lo que nosotros no pudimos expresar debido a nuestras deficiencias, sino que el traductor experto debe procurar que el lector comprenda sin esfuerzo extraordinario y sin siquiera darse cuenta de que se trata una versión.

-Hechos de metalingüística: viabilidad cultural, no calco cultural


De primeras, tenemos que explicar que en la adaptación, el concepto de “claridad”, no hace referencia a la expresión en sí misma, al estilo, al vocabulario… sino al “plano del contenido”, es decir, a “la significación plena” o hechos metalingüísticos.
Ejemplo (por Nida):
La expresión, "blanco como la nieve"no tendrá significación plena en un pueblo donde se desconoce la nieve por lejanía, y perderá efecto o no se entenderá.
Por lo tanto, deducimos que al traducir una diferencia cultural, practicando un calco metalingüístico, como el del ejemplo, puede ocasionar confusión o hacer el mensaje inteligible.
Nuestra expresión, "blanco como la nieve", se deberá trasvasar como: "blanco como las plumas del airón", por ser en este pueblo, esta expresión entendida.
Este proceso es lo que nosotros llamamos ADAPTACIÓN.
Con la “adaptación”, la traducción alcanza su verdadero valor y dinamismo, adquiere “viabilidad cultural” (Robert P. Stockwell). Además, nos permite evitar un calco cultural que puede producir confusión u obscuridad, pérdida de ciertos elementos extralingüísticos indispensables para la asimilación completa de una obra, o puede incluso ocasionar un contrasentido.
Nida junto con Whorf, fueron los primeros que expusieron los fenómenos metalingüísticos, siendo Nida quien más ha recalcado la importancia de la “adaptación” en la traducción, especialmente tratando las diferencias más las diferencias intraculturales que interculturales.
No sólo Nida y Whorf han tratado el problema de la “viabilidad cultural”, sino que este ha sido objeto de estudio de lingüistas y traductores actuales y todos confluyen en que sólo puede resolverse mediante el proceso de la “adaptación”, por lo que esta técnica es la más avanzada de la disciplina.

-Teorías:

Malblanc afirma: «la “adaptación” es el límite de la traducción y se aplica en casos en que la situación que debe evocar una idea o un mensaje no existe en LT y es necesario crear otra situación que evoque la misma idea»
Vinay y Darbelnet con el ejemplo: "he kissed his daughter on the mouth", explican que mientras para la cultura inglesa, esta es una acción completamente normal de un padre inglés tras no haber visto a su hija en una temporada, para la cultura española, la traducción más acertada sería "abrazo tiernamente a su hija", ya que una traducción literal daría una impresión extraña y falsa en español.
A base de estas teorías y ejemplos, llegamos a la conclusión de que la metalingüística explicada por Whorf y Trager, nos lleva a dos ideas destacables:
a. La metalingüística constituye el fundamento de los procedimientos de equivalencia y adaptación
b. La metalingüística se aplica a las doctrinas más visibles del mundo, es decir, cada lengua tiene su concepción particular de la realidad y cada pueblo ve el mundo a su manera. Ampliando esta idea, si superponemos dos conceptos de dos lenguas distintas, ni la superficie ni la forma coinciden. Sin embargo, existen zonas de recubrimiento, pero también lagunas y diferencias, que son las que nos interesan. Vinay y Darbelnet las designaron “divergencias metalingüísticas” y afirman que son de los mayores problemas en la traducción, ya que no son problemas de lenguas, sino de etnología, de formación, de sangre.
De estas divergencias, derivamos las siguientes ideas:
-Las dificultades que encontramos cuando viajamos no son siempre motivadas por la lengua, sino por los distintos puntos de vistas de ver las cosas.
-Gran parte de los errores de traducción son causados por el desconocimiento de los pueblos, de sus vidas y su historia.
-Cada vez que el traductor hace el trasvase de información de un sistema lingüístico a otro, parte de “bases sociolingüísticas”, y analiza hechos sociolingüísticos sin ser consciente de ello.

-La adaptación y el lenguaje epistolar

Otro apartado a tener en cuenta es este, ya que las “cartas” son otra clase de texto difícil de traducir. Esta dificultad no viene dada por las divergencias léxicas (sin cortar los anglicismos que se suelen cometer) sino por las “divergencias metalingüísticas” que surgen en la adaptación de los mismos.
Como sostienen Vinay y Darbelnet, antes de traducir una carta hay que “adaptarla” y que, además, en una carta en una lengua extranjera, hay aspectos cuyos ecomponentes no corresponden a los de nuestra lengua. Por ejemplo, en el inglés, se refleja con el trato informal (salvado con el "you"). El español es más sensible a los títulos, a las formas de tratamiento y a las manifestaciones de cortesía en general. Las fórmulas de cortesía y tratamiento están llenas de sutileza y varían según las relaciones entre el signatario y el destinatario.
Cabe destacar, que no hace falta comparar lenguas y, por lo tanto, culturas exóticas para encontrar grandes divergencias metalingüísticas, sino como ya vemos comparando el inglés con el español,se notan (por ejemplo, ni el saludo ni la despedida se corresponden).

-¿Deben retenerse elementos foráneos?

Este es un tema bastante discutido dentro de la adaptación. Depende en sumo grado del tipo de texto al que hagamos referencia. Por ejemplo, en la rama jurídica habrá que poner especial atención a esto, ya que, debido a las diferencias en las leyes y cultura de las naciones, si alterásemos una palabra foránea, se causarían serias deformaciones en el razonamiento de cada sistema. Esta es la razón, por la que en algunos tipos de texto, como el ya nombrado (jurídico), se recomienda dejar la adaptación a los expertos en el tema.
Así mismo, en toda clase de textos, hay que conservar estos elementos para que no se pierda su importancia simbólica, porque son valores que enriquecen a la lengua receptora, y porque si se cambian, se pierde su carácter.
Al intentar traducir los elementos foráneos en un texto determinado, la mayor parte de las veces hay que evocar a ellos de manera muy distinta para trasladar a la lengua de llegada la misma situación.
A lo largo de la historia, ha habido diversos teóricos que han estudiado este tema, y existen diversos puntos de vista, desde el representado por Ortega y Gasset (“se deben conservar los elementos extraños hasta el punto máximo de tolerancia de la lengua receptora”) hasta el sostenido por Ezra Pound y su “make it new” (“hazlo nuevo”).
En resumen, fuera de los casos en que es necesario conservar el “elemento foráneo” (ya nombrado), toda falta de adaptación, haría que el lector no se sintiera cómodo al leer la traducción, por lo tanto, hay que adaptarlo al contexto en el que tiene cabida la traducción, es decir, como afirma Nida: adaptarlo de manera que sea “contemporáneo” y “universal”.

- La adaptación en escritos no literarios

La adaptación no sólo es necesaria en textos literarios o en disciplinas como la filosofía, la política o la religión, sino que se utiliza a diario en cualquier tipo de texto. Existen grandes diferencias entre las lenguas, incluso entre las consideradas más cercanas o menos exóticas, y sobretodo, estas saltan a la vista en el ámbito léxico.

A mile for shore-------------> a un kilómetro de la costa.

Si nos damos cuenta, una milla en realidad corresponde a 1,4 kilómetros. Si se trata de una novela, en la que no es necesario especificar la distancia exacta, basta dar una aproximación como la dada.

Las referencias de tiempo, colores, sistemas de construcción, oficios, pesas y medidas, vida social…cambian considerablemente en los distintos idiomas y son aquellos rasgos en los que utilizamos la adaptación como recurso cuando la traducción literal no tiene aplicación lógica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario